jueves, 5 de junio de 2008

¿Cual es la problemática que abordamos?

¿Cual es la problemática que abordamos?


Desde lo cultural, la siguiente problemática señala a grandes rasgos aspectos positivos y negativos del contexto cultural de nuestros estudiantes, identificados en la observación directa:
Si bien la mayoría de los niños y jóvenes del colegio reciben la debida atención en su ámbito familiar, tienen oportunidades para apreciar el paisaje natural, se les facilita acceder al mundo de las artes nacionales y extranjeras, a la oferta artística y cultural de la ciudad, y a los nuevos medios, también es cierto que están expuestos a cambios drásticos de paradigmas culturales. La vida de los estudiantes está tocada por nuevas formas, no siempre vivificantes, de relación intrafamiliar, por transculturación a través de los medios, consumismo, entorno de violencia, aprensiones que se perciben en impedimentos que tienen muchos de ellos para escuchar a los otros e interactuar con consideración y respeto, y para trabajar en equipo; en dificultades para acogerse a normas; en expresiones poco genuinas motivadas por prejuicios sociales o por los modelos de los medios; en una aparente ambigüedad de criterios respecto a aquello que valoran o desprecian del universo social, audiovisual y electrónico en el que interactúan.

Desde lo pedagógico. A partir de reflexiones que se han hecho en el área y de sondeos realizados por profesores del área de Arte tanto en la Línea de investigación en Artes, como en las experiencias de aula y estudios de caso que se exponen en las reuniones de Área, y las Reuniones de Planeación por Fase de los días miércoles de Jornada Pedagógica sobre cómo motivan la creatividad de sus estudiantes en los procesos pedagógicos que desarrollan, muestran que no siempre los proyectos individuales o colectivos de creación artística fueron concebidos por los niños mismos al observar, o intuir, al fantasear o evocar posibilidades a partir de su experiencia cotidiana.
En el año 2001 s encontró además, que escasamente se hacen explícitos a los estudiantes conceptos relativos al lenguaje de las artes que están aprendiendo. Se vio también, que poco se conjuga el aprendizaje de los valores artísticos y patrimoniales del medio, y de la historia del arte universal, con las actividades pedagógicas que se llevan a cabo, despertando conciencia histórica. Se concluye que el maestro de arte necesita reconocer formas de pensamiento y de interacción que promuevan la inteligencia creadora, siendo conveniente asimilar estos modos de pensar a la metodología que planee, para lograr cambios significativos evaluables en la práctica pedagógica. Entre éstos: Motivar la contemplación del universo al que se pertenece, tener claridad sobre el lenguaje del arte que enseñe, y ubicar históricamente el aprendizaje.

Nos hemos dado cuenta que aunque estamos abriendo nuevos caminos para formar integralmente a nuestros estudiantes a través de la educación artística, con frecuencia enseñamos técnicas, sin involucrar su ser sensible, sus modos particulares de percibir, amar, odiar, alegrase, tener miedo… Vemos que no siempre tenemos claridad de los conceptos que queremos compartir, según el arte que cada uno practicamos. Pocas veces convocamos a los estudiantes a reconocerse como seres históricos para que puedan innovar, y verse a sí mismos transformando creativamente su experiencia cotidiana, tal como lo deseamos.
La educación artística le debe dar al estudiante la posibilidad de originar propuestas estéticas que correspondan a sus necesidades de expresión de vida. Cuando es así, y el trabajo se realiza de modos descomplicados y felices, este se convierte en un canal personal de intercomunicación con el mundo exterior, que ayuda a encontrar los primeros indicios vocacionales, además de enseñar oficios que promueven competencias inherentes a la inteligencia creadora, connatural al ser humano.

El equipo de trabajo. El grupo de profesores del área de Arte se compone en su mayoría de artistas profesionales que optan por dedicarle un tiempo a la educación. Hasta el año 2002, con excepción de cuatro profesoras de la primaria, todos trabajaban unas horas en el colegio en un sola sección, cada cual según su especialidad. Esta situación generó varios problemas: A la mayoría de los profesores les quedaba difícil tener la disposición física o anímica para desarrollar proyectos a largo plazo y darle continuidad a sus ideas. Esto les impedía compenetrarse y comprometerse plenamente con la elaboración de un Proyecto de Área fuerte y sólido. Para poder hablar de formación artística coherente y de impacto en los estudiantes gimnasianos, era necesario que profesores y profesoras no dieran ya unas pocas horas de clase por nivel, sino que asumieran varios niveles consecutivos trabajando de tiempo completo y asumiendo direcciones de grupo. Así, percibirían las motivaciones e intereses de los estudiantes en las distintas edades, enriquecerían sus conocimientos al adecuarlos a las particularidades de cada nivel y diseñarían estrategias pedagógicas cada vez más pertinentes. Al contar con el tiempo necesario y desarrollar proyectos en niveles consecutivos, según la línea de expresión que cada cual domina, muy probablemente los profesores se sentirían más motivados a actualizarse e investigar en sus campos específicos, a registrar sus experiencias y a hacer aportes significativos para la construcción del Proyecto de Área.

Otra dificultad que se presenta en un grupo interdisciplinario como el nuestro, es la de llegar a acuerdos en métodos, conceptos, procesos, engranajes, respecto al trabajo con los estudiantes, sin caer en discusiones inertes con carga emocional desorientada, de manera que se construyan imaginarios comunes, se debatan y estudien las diferencias de criterios en cuestiones académicas, para “comprender desde qué orilla del río se está contemplando el sol”. Esta dificultad se entiende al recordar que hasta hace muy poco, aquí y en otros países, apenas se comienza a explorar el carácter epistemológico de los procesos de creación artística; se empiezan a definir conceptos, metodologías, campos específicos y relacionales de esta área de estudio. En Colombia hasta 1994, con la Ley Educación 115, se legitimó la educación artística en el currículo Nacional como área nuclear y obligatoria. En otras palabras, hasta hace unas décadas se comienza a fraguar el campo de la pedagogía del arte al servicio del desarrollo integral del ser humano, de su formación ética, estética y cultural.

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